¿Quién es quién en la industria farmacéutica
argentina?
Consejo Nacional del Foro Patriótico
y Popular
La industria farmacéutica de
Argentina está altamente concentrada: veinticinco empresas sobre unas trescientas
se quedan, aproximadamente, con el 75 % de las ventas. Esas veinticinco
empresas, además, monopolizan la distribución: las distribuidoras Rofina, Disprofarma y Farmanet (vinculadas a ellas) monopolizan el
65% del mercado. No hay control de precios, que superan decenas y centenas de
veces a los costos. Esto lleva a que un 70 % del gasto en medicamentos
argentino lo pague el pueblo (con o sin cobertura médica) de su bolsillo. La
estructura del gasto en medicamentos es la de un país del Tercer Mundo (en relación
con su PBI): ronda el 30 % del gasto en salud mientras que en el “Primer Mundo”
es del orden del 15 %. Además el valor promedio por unidad aumenta de año en
año, en dólares, en proporciones superiores a nuestros vecinos. El gasto aumenta
aunque la producción disminuye.
Toda la
industria, de filiales extranjeras y empresas nacionales, es extremadamente
dependiente de insumos importados y drogas base. Importa más de lo que exporta.
Pero en
Argentina se publicita
permanentemente la rara particularidad de que la mayor porción del mercado la
tiene el sector nacional.
En efecto, según las estadísticas que
circulan, el 52 % del mercado farmacéutico argentino lo ocupan empresas nacionales,
lo que hace una diferencia notable con otros sectores de la industria. Y esto
ocurrió incluso durante
¿Pero es así
realmente? ¿Son nacionales las empresas que puntean el ranking de ventas?
Veamos la
tabla adjunta:
2 Bagó
3 Bayer
(Alemania)
4 Ivax Argentina
5 ELEA
6 Gador
7 Sanofi
Aventis (Francia)
8 Glaxo
Smith Kline (Inglaterra)
9 Pfizer
(EE.UU.)
10 Phoenix
Fuente: IMS Health, TAM - Marzo Año 2009
Como se
ve Roemmers y Bagó,
consideradas empresas nacionales, encabezan la lista como lo hacían desde la
época de Videla. Ivax y Elea ocupan el cuarto y quinto
puesto. En el Suplemento Económico i - ECO de Clarín del 20 de
setiembre, se sostenía que Roemmers era ya una
multinacional, mientras que la nacional BioSidus, que
ocupa el listado de las veinte primeras, va camino de serlo. A esto habría que
agregar que Montpelier (controlada por Bagó) aparece
también entre las veinte primeras.
Pero
analicemos algunas de esas grandes empresas nacionales.
Recientemente
el Grupo CHEMO compró el 20% de la filial argentina de la empresa española de
Gas Natural Licuado BAN. Buscando al Grupo CHEMO en INTERNET aparece el Blog
personal de Hugo Sigman.
En ese blog se dice que este señor es socio del Grupo CHEMO que se dedica a la
fabricación y comercialización de productos farmacéuticos y veterinarios, tanto
de materias primas como productos intermedios.
CHEMO
es una compañía basada en Madrid, con plantas químicas para la fabricación de
principios activos en España, Italia y China; fabricación de productos farmacéuticos
en España, Francia, Portugal, Suiza, Polonia, Rusia, Tailandia, India, Vietnam
y China, entre otros.
Además,
se informa en dicho blog, que Sigman posee una participación accionaria (junto a Luis Alberto Gold y la familia Sielecki) en el
laboratorio ELEA. De lo que
surge que el laboratorio nacional ELEA es controlado por el grupo CHEMO.
En la página web de este
grupo se informa que Romikin es la
oficina comercial de CHEMO en Argentina. También se comunica que los negocios
de CHEMO (controladora de ELEA) tienen base en Barcelona y posee industrias químicas de
principios activos (droga base) en Italia (Industriale Chimica),
en España (Química Sintética) y hasta en China (Gold Pharma). También fabrica
productos terminados en España (Liconsa y León Farma)
Recientemente el diario Crítica
publicó que “...La multinacional (CHEMO)
nació en Argentina en 1940 con la fundación de los Laboratorios Sintyal, propiedad de la familia Gold, que puso un pie en
España en 1977 cuando el matrimonio de la bioquímica Silvia Gold y el
psiquiatra Hugo Sigman abrió una oficina comercial en
Barcelona.”...” A partir
de 2006, CHEMO inició un nuevo proceso de internacionalización con el nacimiento
de Gold Pharma (China) y comprando participaciones en las compañías Nexchem de China y Nosch de India”.
Información similar figura en la página oficial, en INTERNET, de Hugo Sigman.
En la
página web de CHEMO se informa que tiene una alianza
estratégica con Bagó en la empresa de productos
veterinarios BIOGÉNESIS (uno
de los principales proveedores de la vacuna contra la fiebre aftosa en el país
y en la región, incluyendo países como Taiwán y los Estados Unidos) y con Bagó Rusia (¿?). BIOGÉNESIS es propiedad de Luis Alberto Gold, Diego Alberto Zito, Alejandro
Marcelo Zito, Paula Marcela Zito y los hermanos Juan Carlos y Sebastián Bagó, según se informa en la
página de Hugo Sigman.
Como dato adicional, la página de Hugo Sigman
agrega que es dueño de
Pero ya
que aparece Bagó, otra empresa nacional, sigámosla.
Ya sabemos de su relación con CHEMO y ELEA. El Grupo
BAGÓ-MONTPELIER (considerado nacional) dice en su página web:
“Laboratorios Bagó, empresa
argentina líder en Latinoamérica y con 18 filiales en la región, concretó el
lanzamiento de su filial en
Veamos ahora a la otra nacional importante:
Roemmers.
Esta empresa tiene filiales en distintos
países de Latinoamérica y, según Clarín del 20 de setiembre, tiene acuerdos con
distintas “multinacionales”. En efecto, con su filial en Uruguay conforma,
junto a las empresas Rowe y Hexal,
la empresa Mega Pharma que va a invertir 96 millones de dólares en una zona
franca para la fabricación y exportación de medicamentos, ubicada en un predio
de
Roemmers fue fundada en 1921 por Alberto J. Roemmers
quien era originario de Lennep, región de Renania
en Alemania.
Como se ha dicho, otro integrante de Mega Pharma, junto a Roemmers, es Hexal. Esta empresa
también es de origen alemán. Y surgió de la unión de Lanpharm
con Boxalpharma, produciendo fármacos en Alemania
desde hace casi dos décadas. Cuenta con plantas en 8 países: Alemania (una en Holzkirchen y otra en Magdeburg),
Brasil, China, Dinamarca, Indonesia, Japón, Estados Unidos y Turquía. La
familia alemana Struengmann
fue su propietaria hasta que la suiza Novartis
(resultado de la fusión de Ciba Geigy
y Sandoz y también presente en Argentina) le compró un 100% de Hexal y el 67,7% de los laboratorios estadounidense Eon. No queda claro si la alianza actual de Roemmers es con la vieja Hexal y
su grupo propietario o con la nueva que está siendo absorbida por Novartis a través de su sector Sandoz que, en el área de
genéricos, penetra en Brasil.
La otra nacional, Biosidus (a la
que Clarín pronostica un futuro de “multinacional”) en su boletín Infosidus Nº 25, titula: “Bio Sidus S.A.
desembarca en Rusia y continúa creciendo en China”. Y agrega: “Bio Sidus celebró un acuerdo con la empresa Teva
Pharmaceutical Industries Ltd.
A través de este convenio, Teva será la representante
de BioSidus en el mercado de la ex URSS”. Marcelo Argüelles, Presidente del Grupo
de Empresas Farmacéuticas Sidus, comentó que "Bio Sidus está
presente con sus productos en China desde1994 y con este nuevo acercamiento
comenzaremos a concretar acuerdos de colaboración para el desarrollo de
proyectos de punta como la terapia génica y los animales transgénicos"...
“China no es el único país del continente
asiático en el que Bio Sidus
está presente. La empresa exporta también productos a Tailandia, India,
Pakistán y Medio Oriente”.
Y,
dicho sea de paso, ¿quién es TEVA, la empresa a través de la cual Biosidus entra en
La empresa TEVA informa en su
página web que fue fundada en Jerusalem
en 1901, como importadora de medicamentos. Se convirtió en
Resulta
por lo menos sorprendente el peso de estas “empresas nacionales”. No sólo
dominan el mercado interno sino que disputan el mercado externo.
Lo
anterior sugiere una, por lo menos plausible, hipótesis. La de que el mercado
farmacéutico argentino no se divide en 52% para la industria nacional y un 48 %
para las filiales de monopolios extranjeros, dividido a su vez en un 21% para
EE.UU., un 11% para Alemania y un 9 % para Suiza, restando un 7 % para otros
(según estadísticas del 2003). En realidad el mercado farmacéutico argentino es
dominado, como no podía ser de otra manera, por filiales abiertas o encubiertas
de monopolios imperialistas y sectores intermediarios de distintas potencias.
Las empresas verdaderamente nacionales son mayoritarias en número, entre un
total de trescientas, pero minoritarias en el control del mercado farmacéutico.
Una parte de esos empresarios nacionales estarán interesados en un proyecto de
Argentina Independiente y podrán ser ganados para él; otra parte podrá ser neutralizada
con concesiones, con la condición de que acepten la política nacional respecto
a este tipo de productos, la calidad y costos de los mismos y se integren a la
política nacional en el área. Sólo los que se unan al pequeño grupo monopólico
que atenta contra el derecho a la salud del pueblo, recibirán el mismo trato
que estos últimos.
Desde
esta concepción, las pequeñas y medianas empresas nacionales deberán ser
protegidas y estimuladas. Se debe impulsar la fabricación de medicamentos
magistrales y oficinales en las farmacias públicas y privadas, aprovechando la
capacidad de producción, en pequeña y gran escala, para la que los farmacéuticos
fueron entrenados.
El
medicamento es parte de las herramientas esenciales para hacer realidad el derecho
a la salud del pueblo argentino pero también es parte clave de
La política de medicamentos
necesaria, y por lo tanto posible, tiene cuatro condiciones:
1. fabricación estatal, con desconocimiento de
toda patente extranjera, impulsando la política del medicamento genérico
2. defensa de la verdadera industria nacional,
3. control de calidad estricto con
fortalecimiento de los organismos de control y
4. precios máximos
5.
.
Junto al núcleo monopólico de filiales
extranjeras y de sectores intermediarios del medicamento, hay otros dos obstáculos
en el camino a la salud del Pueblo Argentino:
a)
La
intermediación financiera que, para maximizar su ganancia, limita el acceso a
la atención que necesita el pueblo y también recorta los salarios y honorarios
de técnicos y profesionales de la salud, públicos y privados,
b)
Los
sectores de importación de tecnología médica inapropiada que introducen aparatología
de eficacia no probada, que encarecen el acto de salud y limitan el acceso al
mismo.
Estos
tres obstáculos deben ser removidos. Para ello es imprescindible:
·
Eliminar
del acto de salud toda intermediación de grupos financieros y gerenciadores de la salud. En medio de esta intermediación
proliferan todo tipo de lavadores de dinero y mafias del medicamento, a menudo
vinculados a este Estado-Gerente de la dependencia y a sus gobiernos de turno,
como se ha hecho a la luz pública en los últimos tiempos,
·
Terminar
con el lucro de la tecnología inapropiada, evaluando toda nueva tecnología médica,
eliminando al sector importador de tecnología inútil y promoviendo la fabricación
de tecnología médica en el país.
·
Estatizar
el núcleo monopólico de filiales pertenecientes a potencias extranjeras y de
sus sectores intermediarios, en el área del medicamento.
Todo
lo anterior debe ser condición y parte integrante de un sistema de salud de
base estatal, público, gratuito, integral, igualitario, accesible y eficiente,
donde el pueblo tenga poder decisorio en la planificación, organización,
ejecución y evaluación de las acciones de salud en todos los estamentos y
niveles (partiendo que este poder de decisión y control por parte de los
beneficiarios es clave para cumplir sus objetivos) y que incorpore a
profesionales independientes y pequeños y medianos prestadores privados, con formas
particulares de relación contractual que respete sus intereses, a condición de
que acepten las orientaciones y planes de la política sanitaria nacional de una
Argentina Independiente con efectiva soberanía popular que haga realidad los derechos
políticos, sociales y económicos del Pueblo Argentino.